¡Aquí estoy de nuevo! Cuánto tiempo, ¿verdad?
Seguramente alguien habrá pensado "esta ya se cansó de seguir el plan y ha vuelto a ponerse ciega de churros con chocolate, y adiós a lo perdido". Pues no, no exactamente.
Desde que abandoné la clínica en febrero he conseguido mantenerme bastante bien y sólo he engordado tres kilos. Me he salido del plan, desde luego, mucho más de lo que me salía cuando visitaba la consulta cada quince días.
Las visitas a la clínica (y el pastón que cuestan) tienen un efecto psicológico muy poderoso. Te obligas a cumplir mucho más, que alguien externo te controle y mida tus avances te ayuda mucho.
Pero a pesar de todo, sigo poniendo en práctica mucho de lo que aprendí, sobre todo la idea de incluir hidratos de carbono, proteína y verdura en comidas y cenas. También procuro no hacer menos de cinco ingestas diarias (aunque cuando sales por ahí es imposible).
Mi gran cuenta pendiente continúa siendo el deporte, claro. Este verano me he puesto las pilas, he vuelto a la bici en la medida de mis posibilidades, y se nota, vaya que sí. Pero sigo necesitando encontrar un deporte que me fascine y que pueda hacer a diario, media horita, y como soy un bicho sedentario a todos les pongo algún "pero".
Mi opinión con respecto a Medicadiet no ha cambiado: es un sacacuartos que funciona.
viernes, 5 de septiembre de 2014
domingo, 2 de febrero de 2014
Doce.
Pues sí, doce. Doce kilos menos desde septiembre del año pasado, en que empecé con el plan de medicadiet. Así que ya estoy por debajo del umbral de la obesidad mala, la que da sustos cardíacos y diabetes, y ahora estoy en el umbral de la obesidad de estar por casa, la que molesta pero no mata.
Ya no voy a las consultas, por una cuestión de dinero exclusivamente, porque está claro que tener una visita con el nutricionista, aunque sea quincenal, te "obliga" más a cumplir, aparte de que el desembolso es importante para mí y eso también pesa a la hora de hacer que te merezca la pena.
En cualquier caso, yo he seguido a lo mío, ya por mi cuenta y riesgo. Y aunque pierdo peso con más lentitud, porque soy una vaga rematada y me cuesta Dios y ayuda levantarme del sofá y moverme, lo cierto es que sigo perdiendo peso, y no estoy cansada de comer bien. ¿Se puede una cansar de comer bien?
Mi gran suerte es que mis delirios culinarios son de lo más sano: mato a cualquiera por un plato de sushi variado, y eso tampoco es un grave problema en mi dieta, sólo tengo que compensar después un poquito los hidratos de carbono, y listos.
Yo no soy nutricionista, pero con lo que he aprendido en medicadiet estos tres meses, los consejos que van dando en su blog, y dándole continuidad al plan que me dieron, sospecho que estos doce kilos que he perdido no van a ser los últimos en despedirse de mí este año.
Y si me preguntáis si me ha merecido la pena, allá va: Sí, me ha merecido la pena, y ojalá hubiese conocido antes este plan y me hubiese ahorrado el tiempo, esfuerzo y dinero que invertí en dietas absurdas, pastillas, caldo de berenjenas y batidos venenosos.
Ya no voy a las consultas, por una cuestión de dinero exclusivamente, porque está claro que tener una visita con el nutricionista, aunque sea quincenal, te "obliga" más a cumplir, aparte de que el desembolso es importante para mí y eso también pesa a la hora de hacer que te merezca la pena.
En cualquier caso, yo he seguido a lo mío, ya por mi cuenta y riesgo. Y aunque pierdo peso con más lentitud, porque soy una vaga rematada y me cuesta Dios y ayuda levantarme del sofá y moverme, lo cierto es que sigo perdiendo peso, y no estoy cansada de comer bien. ¿Se puede una cansar de comer bien?
Mi gran suerte es que mis delirios culinarios son de lo más sano: mato a cualquiera por un plato de sushi variado, y eso tampoco es un grave problema en mi dieta, sólo tengo que compensar después un poquito los hidratos de carbono, y listos.
Yo no soy nutricionista, pero con lo que he aprendido en medicadiet estos tres meses, los consejos que van dando en su blog, y dándole continuidad al plan que me dieron, sospecho que estos doce kilos que he perdido no van a ser los últimos en despedirse de mí este año.
Y si me preguntáis si me ha merecido la pena, allá va: Sí, me ha merecido la pena, y ojalá hubiese conocido antes este plan y me hubiese ahorrado el tiempo, esfuerzo y dinero que invertí en dietas absurdas, pastillas, caldo de berenjenas y batidos venenosos.
jueves, 2 de enero de 2014
Año nuevo, kilos menos.
Por fin se acabó la maldita Navidad, ¡debería ser opcional!. Y aunque no he perdido peso en estas fiestas, por lo menos tampoco he engordado, y eso que me he pasado más de lo previsto según el plan del nutricionista. Pero claro, sobre el papel es fácil decir que la guerra será sólo una comida aquí y una cena allá... pero la realidad es que luego hay también batallas menores a todas horas: que si terminas en un bar de tapeo con no sé quién, que si vamos a juntarnos estos y aquellos que hace mucho que no nos vemos... No, no es tan fácil, no se puede evitar todo, ni te puedes tomar una manzanilla y un vaso de agua en todas las ocasiones. Pero menos mal que los días de compensar intercambios han funcionado, y no hay que lamentar pérdidas mortales.
Y a pesar de todo, pasados los jaleos he vuelto con toda normalidad al plan medicadiet, y eso es lo que más me preocupaba. En otras ocasiones, con dietas más restrictivas (de las de pasar hambre, vamos) una vez te sales y vuelves a probar las maravillas culinarias del mundo, no hay quien regrese a la senda del hambre. En este caso, si me apuras estaba hasta deseando volver a comer bien, porque realmente estoy mejor cuando como bien. Voy mejor al baño, me siento más cómoda, las digestiones son más suaves, es mejor para todo. (Y encima pierdo peso...)
Así que no ha sido ningún desastre volver a mi plan, al contrario. Así que tampoco me siento terriblemente culpable por lo que me he salido, a fin de cuentas esto no es una dieta milagro, sino una forma de comer para toda la vida, y si en todos los días del año cuento las comidas "malas" que hago, son una gota de petróleo en el enorme mar azul de la alimentación sana.
Para este año me propongo seguir a tope con mi plan medicadiet, y a ser posible moverme un puntito más de lo que lo hago, y con un puntito más de regularidad. Por favor, Reyes Magos...!
Y a pesar de todo, pasados los jaleos he vuelto con toda normalidad al plan medicadiet, y eso es lo que más me preocupaba. En otras ocasiones, con dietas más restrictivas (de las de pasar hambre, vamos) una vez te sales y vuelves a probar las maravillas culinarias del mundo, no hay quien regrese a la senda del hambre. En este caso, si me apuras estaba hasta deseando volver a comer bien, porque realmente estoy mejor cuando como bien. Voy mejor al baño, me siento más cómoda, las digestiones son más suaves, es mejor para todo. (Y encima pierdo peso...)
Así que no ha sido ningún desastre volver a mi plan, al contrario. Así que tampoco me siento terriblemente culpable por lo que me he salido, a fin de cuentas esto no es una dieta milagro, sino una forma de comer para toda la vida, y si en todos los días del año cuento las comidas "malas" que hago, son una gota de petróleo en el enorme mar azul de la alimentación sana.
Para este año me propongo seguir a tope con mi plan medicadiet, y a ser posible moverme un puntito más de lo que lo hago, y con un puntito más de regularidad. Por favor, Reyes Magos...!
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